No hay nada como ponerse a dieta para encontrar las más fantásticas tiendas de bollería y panadería. Pues hoy paseando por la calle Enric Granados, ha sucedido exactamente eso, ha aparecido la tentación en forma de tienda de cupcakes y he caído en el pecado. Pero no nos engañemos, no he puesto el más mínimo esfuerzo en resistirme, y ahora me alegro de no haberlo hecho.
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